Día 53, martes 27 de diciembre de 2016, Santa Nicerata, Puerto de Ushuaia.
En estos días se cumplen 30 años de la primera acampada de un grupo de investigadores españoles en Isla Livingston. Fue en diciembre de 1986: en aquellos días, este cronista surcaba los mares de la Antártida a bordo del Pescapuerta IV y del Nuevo Alcocero los dos buques vigueses que realizaron la magnífica Campaña 8611, también llamada Primera Expedición Científico-Pesquera Española a la Antártida, dirigida por el biólogo del IEO, Eduardo Balguerías.
En paralelo (y un poco descoordinados), el día de Navidad de 1986 acampó en Isla Livingston, también por vez primera, un reducido grupo de investigadores catalanes: Antonio Ballester, Agustí Juliá, Joan Rovira y Josefina Castellví. “Desembarcamos -cuenta Castellví- con un exiguo equipo de supervivencia que nos permitió recorrer la zona y valorar las posibilidades de instalar una base científica en un futuro”.
La exploración liderada por Ballester y Castellví, con ayuda logística de la base polaca Arcstowski, y la expedición por mar del Pescapuerta IV abrieron a España las puertas del Tratado Antártico: en aquel momento era urgente actuar y solo un año después, nuestro país abrió su primera base en Livingston con un contenedor comprado en Finlandia, transportado por un buque polaco, y nueve expedicionarios. El histórico contenedor, en las fotos, es ahora lugar de peregrinación fotográfica, mientras a su vera albañiles y carpinteros dan los últimos toques a la nueva y flamante Base Juan Carlos I, para finalizar las obras en esta campaña.