Quizás suene a tópico que se repite cada año, “la campaña antártica más ambiciosa”, pero tiene mucho de verdad, porque la reciente historia de las campañas antárticas españolas sigue una curva ascendente —con algún bajón—, de modo que cada nueva campaña supera a la anterior.

La campaña 2018/19, que está ya en marcha, será la XXXII Expedición Científica Española a la Antártida, treinta y dos años desde que el Instituto Español de Oceanografía realizó en el verano austral 86/87 la Primera Expedición Científico-Pesquera Española a la Antártida, en paralelo a los primeros viajes de Antonio Ballester y Josefina Castellví, pioneros en 1987 del primer campamento de fortuna en Isla Livingston, donde luego se creó la Base Juan Carlos I.

Tuve el privilegio de ser cronista de aquella primera expedición del 86, dirigida por Eduardo Balguerías, a bordo del pesquero de gran altura Pescapuerta IV; y tuve la fortuna de regresar en 2016 navegando en el Sarmiento de Gamboa  y en el Hespérides, y pude comprobar de primera mano el positivo cambio de la presencia española en la Antártida.

En Isla Livingston se conservan los primeros barracones, de museo, al lado de la flamante base nueva inaugurada en la pasada campaña, que este verano austral acogerá a decenas de investigadoras y científicos con un nivel de confort digno. Entre las tiendas de campaña y los contenedores oxidados y la nueva base supersónica, el salto dado por la ciencia española en la Antártida en estos treinta y dos años ha sido espectacular, como demuestran los datos de la nueva campaña.

La XXXII Campaña Antártica Española comenzó el pasado 16 de noviembre con la salida del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa desde el puerto de Vigo, acompañado por una discreta delegación oficial, y unos pocos amigos y familiares que acudimos al muelle vigués a despedir a los nuevos shackletons. Sigo echando en falta en estas ocasiones una despedida festiva por todo lo alto, con multitudes agitando pañuelos y banderitas, y la banda de música espantando a las gaviotas. Algo un poquito más épico, señores, ¡que se van a la Antártida! Esperemos un poco más de alegría —y visibilidad en los medios de comunicación— el próximo 12 de diciembre, cuando el Hespérides zarpe del puerto de Cartagena.

El Sarmiento de Gamboa, del CSIC, y el Hespérides, de la Armada Española, realizarán la apertura de las dos infraestructuras españolas —Base Gabriel de Castilla, en Isla Decepción, y Base Juan Carlos I, en Livingston— y luego navegarán aguas antárticas hasta finales de marzo de 2019. Casi cinco meses de campaña en la que el Comité Polar Español auspicia un total de veinticuatro proyectos, en colaboración con la Agencia Estatal de Investigación, la Agencia Estatal de Meteorología y el Instituto Hidrográfico de la Marina, con casi trescientos expedicionarios, de ellos 140, personal investigador de dieciséis nacionalidades distintas. Un récord.

En cuanto a la chicha científica de la XXXII Campaña, que es a fin de cuentas lo importante, además de continuar las series históricas de vigilancia volcánica de Isla Decepción y las series temporales geodésicas, geotérmicas y oceanográficas de las últimas décadas, la mera lectura de los proyectos muestra el amplio abanico interdisciplinar:

Cubiertas criptogámicas en la Antártida marítima: biodiversidad en un escenario de cambio global; Comunidades microbianas en suelos recientemente deglaciados mediante nuevos métodos Big data (Microairpolar); Aerosoles atmosféricos; Evolución glaciar en King George y Livingston a partir de dataciones cosmogónicas (Cronoantar); Estudio sismológico de los volcanes submarinos de Bransfield (Bravoseis); Observatorio remoto de la actividad geomagnética e ionosférica (AROMA); Flexibilidad ecológica de los depredadores apicales (lobo marino) ante el cambio global; Interacción termomecánica Glaciar-océano; Cubierta nival en Livingston y Decepción (Permasnow); Procesos geodinámicos activos en Antártida (GEODEF-GNSS); Transmisión en HF para enlaces NVIS para sensores remotos (ENVISERA); Ecofisiología de microartrópodos (ANTECO); Exploración de emisiones submarinas (EXPLOSEA); Observatorio antártico de rayos cósmicos (ORCA); Volcanes y clima (VOLCLIMA); Inmunidad y parasitismo en pingüinos (PINGUIFOR); Productos naturales bioactivos (BLUEBIO); Interacciones polares hielo-océano-atmósfera; Actividad sísmica en Decepción y Bransfield; Proyecto Galileo, etc.

La enumeración anterior apenas expresa la amplia perspectiva científica abarcada por esa XXXII Campaña Antártica Española. Varios proyectos comparten el denominador común de su preocupación por el estudio de la contaminación global del planeta y del cambio climático, sobre el que la Antártida tiene mucho que decirnos. La tarea es crucial, urgente, valiosa.

Habrá ocasión en los próximos meses de volver con más detalle sobre estos proyectos y otros tan apasionantes como el Trineo del Viento; entretanto, enhorabuena al Comité Polar Español por su XXXII Expedición, “la más ambiciosa”, y feliz campaña a todos y cada uno de los shackletons, las scotts y los amundsens que navegan ya hacia los mares al sur del sur.

Foto portada: Óscar Martínez.
Para saber más:
—Blog Horizonte Antártida.
—Descarga el dossier completo de la XXXII Campaña Antártica Española 2018/19.
—Sigue minuto a minuto la derrota del Sarmiento de Gamboa.