El pingüino térmico

Día 84, viernes 27 de enero de 2017, Santa Cándida. Lon 62º 41 S. Lat. 60º 27 W. A bordo del Hespérides.

Apareció con los ojillos revoltosos y su cámara térmica, como niño con zapatos nuevos. El físico Miguel Ramos, de la Universidad de Alcalá, uno de los imprescindibles en la reciente historia de la ciencia española en la Antártida, uno de los que ha creado escuela. Hace 29 años comenzó a trabajar en la Antártida y ha perdido ya la cuenta de las campañas; pero ha vuelto este año para dar apoyo, moral y real, al grupo que da continuidad al proyecto PERMASNOW, cuyo Investigador Principal ahora es Miguel A. de Pablo, destacado en la Base Juan Carlos I para estudiar el permafrost (suelo permanentemente helado) en Isla Livingston.

Miguel Ramos apareció con la cámara térmica y nos dio una explicación sobre las zonas azules (frías) y rojas (cálidas) que se aprecian en la foto, que derivó en un debate sobre por qué los pingüinos tienen la barriga blanca y el dorso negro: con la parte blanca, que conserva el calor, se tumban sobre el suelo o crían a los polluelos; con la negra, se abrigan en círculos en las largas invernadas. «Es solo una hipótesis. Habrá que consultarlo a los pinguinólogos», dijo el físico, y se fue a llevarle a Andrés Barbosa unas preciosas imágenes térmicas. La tecnología nos ayuda a investigar, pero ayuda mucho más el afán de conocimiento, la curiosidad.