Día 70, viernes 13 de enero de 2017, San Potito. Isla Decepción.

Me siento ciudadano del mundo, cosmopolita, viajero universal; pero no podría ser quien soy sin tener firmes las raíces en mi patria y en mi matria. Hace algunos días, coloqué en Isla Rey Jorge una flecha con la distancia a Bembibre, la villa de mi padre Tomás; y hoy, que la Isla Decepción ha amanecido bajo una intensa nevada, he querido dejar aquí, en el corazón del volcán, el recuerdo de mi matria: Rimor, donde lo pequeño es hermoso.

rimor4-detalleRimor -que pertenece al municipio de Ponferrada, donde nací-, es un pueblecito mínimo, escondido entre montañas, fértil, espléndido: las mejores cerezas del mundo, sin exagerar. Es el pueblo de mi madre, Hortensia Carrera Fierro, y de mis abuelos María Fierro y Valentín Carrera, a quien no tuve la suerte de conocer, pero cuyo nombre llevo por la vida con orgullo. Con la abuela María viví las temporadas más felices de mi infancia: si de alguna parte me siento, mis paisanos saben que soy de Rimor, que hoy, a 12.661 kms de distancia, siento más cerca que nunca.

En Rimor he arado las viñas con Zalo, he repartido el pan en mula por los pueblos de Ozuela y Valdecañada, acompañando a Tere; he escuchado la ronda de las mujeres en el horno de Aurora, he vendimiado con mi tío Pepín, he subido a todos los cerezos del pueblo y bajado con cagalera, he bebido en la Fuente del Sapo, he regado el huerto del Moreo, he comido la rosca de San Jorge y he cantado con la ronda en las bodeguinas, he bailado en la Glorieta. He sido el niño más feliz del mundo, y creedme que no es fácil decirlo desde esta bahía volcánica, donde las lágrimas y las risas se mezclan con los abrazos y el afecto de este puñado de soldados y científicos que me han adoptado como uno más de la familia. Posiblemente, porque saben que soy de Rimor…

rimor2-webY no soy el único aquí: me ayudó a colocar el indicador el brigada David Salvador Alcázar, zaragozano que tiene la suerte de estar casado con una chica de Ponferrada, Isabel Pacios, con parientes en Rimor, José Sobrín Pacios. De modo que ahí estamos los dos rimoriegos, atornillando el cartel de la matria con orgullo. Si alguien del pueblo lee esto, por favor, decidle a Zalo que me mande un par de tarros de cerezas en aguardiente y una rosca de Tita, que lo estoy pasando muy mal. La dirección es fácil: Isla Decepción, avenida del Cristo, km. 12.661, La Antártida. Que pregunten por el de Rimor.