
Día 117, miércoles 1 de marzo de 2017, santa Eudocia, Isla Decepción.
Desde que zarpamos de Punta Arenas, viajan a bordo tres cineastas que han convertido el Hespérides, y todos los rincones por los que vamos navegando, en un auténtico plató. Son Mario Cuesta (escritor y guionista), Alberto Saiz (operador de cámara y fotógrafo) y Alejandro Navas (sonidista), los tres mosqueteros del proyecto «Antártida: un mensaje de otro planeta», una coproducción a varias bandas, levantada a pulso con ilusión y talento.
El proyecto es idea original de Mario Cuesta (autor de Por encima de mi cadáver, Ediciones del Viento, 2015), y nace desde una reflexión personal, después de una larga estancia en Damasco, que podría condensarse en esta pregunta: “Si los Estados, las grandes potencias, son capaces de ponerse de acuerdo y cooperar en la Antártida, y mantener ese territorio sin armas y sin fronteras, ¿por qué no en Siria? ¿Qué parte de realidad y qué parte de hipocresía hay en el Tratado Antártico?”.
La firma del Tratado Antártico, 1 de diciembre de 1959, fue el resultado de un compromiso político entre potencias agotadas por la II Guerra Mundial para cerrar el paso, mutuamente y a terceros, a la explotación del continente blanco: fue fruto de la necesidad más que de una convicción pacifista a priori; pero después de 58 años funcionando muy bien (si consideramos cualquier zona del mundo en conflicto), quizás ha adquirido carta de naturaleza ecológica y pacífica, y la sociedad actual no toleraría revertir la Antártida y repartirla en parcelas como una finca privada o una provincia colonial.
De este planteamiento, netamente político —en el correcto sentido de “lo público o colectivo”—, nace el guion de Mario Cuesta: “¿Podemos salvar la Antártida si antes no nos salvamos a nosotros mismos?”. Mario no se propone contar lo ya contado —la gesta, las aventuras, la vida de las ballenas—, sino mirar en otra dirección: “Conocemos muchas Antártidas, pero no la política. Y existe. Se han cumplido 25 años del Protocolo de Madrid ante la más completa indiferencia de España, como si formar parte de la Historia de la Antártida fuera cualquier cosa. Yo no dejo de preguntarme, ¿y qué opina un sirio de esta facilidad para lograr la paz? ¿Qué opina un ecologista de que se hiperproteja la Antártida mientras se vulnera sistemáticamente el fallido Protocolo de Kioto?”.
«Antártida: un mensaje de otro planeta» no es una mirada del mundo a la Antártida, sino desde la Antártida al mundo: “Tal vez en la Antártida se hallen algunas claves sobre las amenazas a las que se enfrenta el ser humano y sobre las soluciones que nos pueden conducir a una vida mejor”.
Este es el ambicioso proyecto multiplataforma —un documental para cine con la última generación de cámaras en 4K, aportadas por NaturaHD Films, con sonido 5.1 al cuidado de Playground Estudio, empresa con varias nominaciones en los Premios Grammy; un libro, una exposición, redes sociales— que están componiendo con rigor y mimo, frame a frame, Alberto Saiz (Premio Fundación Biodiversidad 2010; ahora recién llegado de Japón); Alejandro Navas (formado en Los Ángeles, capaz de hacernos escuchar el silencio antártico); y Mario Cuesta, un escritor sensible y comprometido.
Les haré una confidencia final: hace seis años que cambié de trabajo, después de 22 años como realizador y productor audiovisual, haciendo todas esas mismas tareas que ahora, como observador, veo tejer a Mario, Alberto y Alejandro; y creo que sé apreciar, en este oficio de contar historias con la cámara, cuando al talento y a la ilusión se suman la profesionalidad, la sensibilidad y el rigor.
Les he visto casi acariciar el lomo de una ballena, como se muestra en la galería fotográfica. Verlos trabajar es un gozo: no exagero cuando digo que han convertido el Hespérides en un plató, y a todos los investigadores y tripulantes en protagonistas de su film. Si les digo, además, que son tres excelentes compañeros de viaje, comprenderán que estoy impaciente por ver cuanto antes su documental «Antártida: un mensaje de otro planeta». Necesitamos ese mensaje.
Estimado Valentín,
Como miembro en la distancia de este proyecto lo primero que quiero hacer es agradecer tu interés y tus hermosas palabras para con nuestro proyecto, has sabido sintetizar la naturaleza del trabajo que estamos haciendo allí, mejor de lo que yo siendo parte del proyecto sería capaz de hacer. Me he emocionado con las fotografías que has aportado, es una visión de mis compañeros que no tengo y has conseguido que me enorgullezca como si fuera padre de todos ellos, me pregunto, ¿tendrías algún problema en dejarme usar alguna de tus fotos en nuestras redes? o como ya te habrá comentado Mario, tenemos algunos patrocinadores que estoy seguro que apreciarían poder disfrutar de ellas, ya he compartido el enlace del blog con todos ellos pero seguramente querrán saber si pueden usar alguna como muestra del empleo de sus equipos, desde luego con el debido crédito de las mismas. De nuevo muchas gracias!!!.